martes, 9 de enero de 2024

Transición cultural desde la arquitectura, Autores: Erasmo José Aguilar/María Esther Corrales

 

La religiosidad, las creencias místicas, son sin duda un valor intrínseco de cada comunidad. Si bien es cierto que en Centroamérica la religión fue impuesta desde finales del siglo XV durante el período de la conquista por parte de Europa, en la actualidad forma parte de la historia e idiosincrasia de los pueblos.

En la ciudad de Managua, capital de la república de Nicaragua, coexisten dos historias y símbolos con alta significación dentro de la religiosidad cristiana Católica; La  ‘‘Catedral de Santiago de los Caballeros de Managua´´, y la ‘‘Catedral Metropolitana Inmaculada Concepción de María´´.

Managua, fundada originalmente con el nombre de ‘‘Leal Villa de Santiago de Managua’’, es convertida en la capital de Nicaragua en 1852. Sin embargo, como poblado indígena existía desde antes de la incursión española. Después de 1492, fecha en que llegan los conquistadores españoles, se comienza un proceso de transculturización y mestizaje, que lleva de la mano una asociación de la técnica y materiales constructivos nativos, con los primarios conocimientos que poseían los nuevos habitantes.

Se puede citar esto como un antecedente que se repetirá a lo largo del registro histórico, siendo las obras más desarrolladas y estilizadas las Religiosas y las Civiles. Un intenso proceso de conversión que llevó décadas y probablemente cientos de años culminó en la absorción de las nuevas creencias, la ‘‘Religión Católica Cristiana’’.

Impacto Cultural

La arquitectura es un referente, una muestra viva de la historia de los países, específicamente de las culturas. A través de ella podemos reconocer las comunidades que son más devotas, las más practicantes, inclusive las más fiesteras, o las que tienen algún tipo de rivalidad. En sí mismo, el edificio religioso en sus diferentes escalas (templo, capilla, iglesia, catedral), es un símbolo del poder adquisitivo de la comunidad, de la bondad y caritatividad de sus miembros, de la capacidad de gestión, del buen o mal gusto que se desarrolla a nivel estético, o de la vinculación con nuestro origen desde la costumbre estilística española.

Realmente es un aporte muy significativo si se aprecian los signos. Por esta razón la edificación de un nuevo edificio religioso siempre es un suceso de importancia para la comunidad. En Managua se dio en la década de los noventas un caso meritorio de ser destacado en este sentido, al ser sustituido simbólicamente el edificio estandarte de los católicos managüenses.

Esto provocó que en la actualidad existan físicamente dos catedrales de Managua. La primera, una evidencia del buen ritmo constructivo y tendencia arquitectónica de la Managua de mediados del siglo XX, y la otra, la simbología de una arquitectura con orígenes regionalistas, en la búsqueda del edificio sincrónico para dar la bienvenida al siglo XXI.

 Sin dudas un fenómeno atípico tener presentes dos iconos religiosos de tal importancia coexistiendo en el mismo espacio temporal.


 

La Catedral de Santiago de los Caballeros de Managua

Managua ha tenido tres iglesias principales: La iglesia Parroquial de Santiago, la antigua Catedral de Santiago de los Caballeros y la Catedral Metropolitana Inmaculada Concepción de María.

Esta catedral tiene su origen desde 1912 cuando el Papa San Pio X crea la arquidiócesis de Managua. Es entonces que Monseñor José Antonio Lezcano, arzobispo de Managua en ese momento, eleva a categoría de catedral Metropolitana la Parroquia managüense (construida a finales del siglo XVIII), la cual fue demolida en 1925 para crear una mejor. Posteriormente se empiezan las obras del nuevo edificio, en las cuales participó el Ing. Suizo Pablo Dambach.

Aun se encontraba en construcción cuando el terremoto de 1931 destruyo gran parte de la capital. Se terminó de construir en 1938, pero se vio afectada gravemente por el terremoto de 1972, razón por la cual se decidió disminuir considerablemente las actividades que en ella se realizaban.

La Catedral de Santiago de los Caballeros es un icono de la producción de arquitectura del siglo XX en Nicaragua. Sus méritos son múltiples, destacando principalmente por sus valores Históricos estrechamente vinculada con momentos y personajes destacados de la vida pública nicaragüense en el siglo anterior, destacando también por su detallado Simbolismo Religioso, y sin duda, por su valor Arquitectónico – Estilístico, que evoca claramente las primeras y más fuertes intensiones del Neoclasicismo Europeo en Nicaragua, retomando elementos del diseño de la Iglesia de Saint-Suplice (Santo Suplicio) en París. 

La Catedral Metropolitana Inmaculada Concepción de María

Entre 1972 y 1993, por la situación de la catedral de Santiago se utiliza el templo dedicado a Santo Domingo en Las Sierritas de Managua como sede del Arzobispado de Managua, hasta 1990 cuando se designa un terreno y se orienta la construcción de una nueva catedral.

El nuevo terreno se convierte en la sede de la Arquidiócesis de Managua y está dedicada desde 1993 a la Inmaculada Concepción de María, patrona de Nicaragua. Se empezó a construir en el año 1991, en línea con el nuevo eje de crecimiento comercial y turístico de la ciudad de Managua.

Existe aún polémica y muchas dudas respecto al origen, el cómo y el porqué del diseño de la obra, que sin duda crea un fenómeno social interesante e inesperado en la comunidad católica cristiana de Managua. El hecho concreto de todo esto es que la obra fue imaginada y creada por el arquitecto mexicano Ricardo Legorreta (1931 al 2011, D.E.P.).

Se presume que parte de su diseño se inspiró en la Basílica del Santo Sepulcro, de Jerusalén, Israel. Este edificio a diferencia de la mayoría de las catedrales en el mundo, no está orientado de occidente hacia oriente, sino de sur a norte. El diseño del templo, induce a los participantes de la actividad concentración de la atención en el altar sea cual sea el punto en que se ubiquen, siendo este (el altar) el eje de todo el vasto edificio.


 

Al traspasar la gran puerta de madera, se abre ante nosotros un impresionante espacio de 9.5 a 24 metros de alto, 35 metros de ancho y 45 metros de largo, apoyando su estructura con cúpulas y linternas en cuatro columnas céntricas, simbolismo de los cuatro evangelistas y que tiene una novedosa estructura en cruz.

Este edificio en un principio no obtuvo la atención y/o aceptación que el arquitecto y la iglesia esperaba, ya que su lenguaje (el cual es la herencia de las conquistas árabes a los españoles) tiene mayor identidad con otras religiones como el islam, principalmente por el excesivo uso de cúpulas, y la falta de claridad en la tradicional direccionalidad que ofrecen las catedrales por medio de su nave principal y sus cuatro naves laterales.

En la actualidad, el edificio forma parte de la imagen urbana y parcialmente del paisajismo de este sector céntrico de Managua, y ha sido aceptada por la mayoría de la población (tal vez por nuestro carisma de güegüense), sin haber podido borrar del recuerdo la antigua Catedral de Santiago de los Caballeros, que aún nos espera erguida e imponente, en el mismo sitio donde valerosamente resistió dos tragedias colosales de nuestra historia reciente.

Publicado originalmente en el año 2012 en el Suplemento FCArquitectos de la Revista Construir, gestionado por la Federación Centroamericana de Arquitectos FCA siendo presidente el colega costarricense Arq. Abel Salazar QePd

 

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