jueves, 4 de enero de 2024

Primera Modernidad en Nicaragua. Ciudad de Managua (1893-1950), Nelson Brown Facultad de Arquitectura, UNI

 


Ubicar en el tiempo las primeras manifestaciones arquitectónicas que incluyen una modernidad en el contexto de las ciudades nicaragüenses es un poco difícil debido a las pocas referencias que tenemos al respecto.

En un principio podemos establecer dos etapas para estas primeras manifestaciones, y las centraremos específicamente en la capital de la nación. La primera de ellas se inicia en 1893, con la Revolución Liberal de José Santos Zelaya, y concluye con el terremoto de 1931; y la que sigue, posterior al movimiento telúrico y que concluye cuando Nicaragua entra a una etapa de mayor desarrollo en su dinámica económica a inicio de la década del 50.

Debemos de notar que, al delimitar las etapas de las primeras manifestaciones modernas, estamos partiendo de fenómenos políticos debido a que, para el caso que comentamos, están relacionadas mutuamente.

En 1893, entra victoriosa a Managua la Revolución Liberal, que sería el punto de partida de cambios profundos en las antiguas estructuras coloniales que, para ese entonces, prevalecían como sistema administrativo y de gobierno. Estos cambios en la antigua estructura colonial, implicarían en los años siguientes cambios también en el sistema urbano y arquitectónico de la ciudad de Managua. La causa principal de los cambios que impulsaban los liberales, era “modernizar” las estructuras estatales que permanecían incólumes frente a la gestión conservadora del llamado “Período de los Treinta Años”. Estos cambios se manifiestan de inmediato en la nueva imagen ó forma en que se organiza el Estado, para gestar su administración, y se va a concretizar en una constitución denominada “Libérrima” que, por su forma de presentar y materializar dichos cambios (una de las características principales era la separación Iglesia-Estado en el sistema de gobierno), lógicamente necesitaría plasmar en la obra a edificar, cierto estilo que lo encontraría en un Neoclasicismo tardío comparado con los cambios introducidos en el resto de Latinoamérica, y aún en sus vecinos de la América Central.

Una estilización tardía que encontraba una forma de dar una imagen de lo moderno, que para ese entonces ya era caduco en Europa y en algunos países de América del Sur, estaba en proceso de crisis. Sin embargo, a pesar de que la utilización era atrasada, y merecía poca importancia para su introducción, en realidad es este estilo del cual el fenómeno político, ó la gestión de un gobierno, tomaría para modernizar, al mismo tiempo lo construido y por construir a fines de siglo, en la Ciudad de Managua.

Estos cambios que trae consigo un cambio político, van a incidir de forma categórica en la Managua colonial de fines del siglo XIX. Uno de ellos es que da pauta, es una abertura, una vía y una forma para imprimir a la vida misma, incluida la cultural, una nueva imagen, desarrollándose un múltiple intercambio con los países del área. Esa modernidad también se expresa en la fisonomía de los edificios, que comienzan a ser sujetos del cambio y a la vez se presentan los cambios en la ciudad, a la par del aumento de la población.

Estos cambios propiciados por la modernidad y que se manifiestan a partir de estas fechas, tendrán sus oscilaciones a través de la etapa mencionada, hasta iniciar la década del ’50; fecha en que se manifiesta más claramente el racionalismo en nuestro ambiente arquitectónico.

Lógicamente que estos cambios modernos, se manifiestan en edificios vinculados directamente a la vida cultural de la ciudad; uno de ellos fue el Teatro Variedades, construido durante el gobierno del general Juan José estrada (1910-11); del cual José Fco. Borgen, periodista conservador y que vivió en la época dice:

“El Teatro Variedades era un edificio de modesta fachada blanca que se levantaba frente al costado norte de la Catedral. Modesto era también su foyer. La construcción había sido delineada bajo normas que aseguraban la adecuada acústica y el buen funcionamiento de la tramoya. Contaba con dos hileras de palcos, una arriba de la otra, en forma de herradura o anfiteatro. Cada palco tenía seis asientos y entre uno y otro había una separación elemental: una barda al nivel de la cintura, de manera fina maqueada, adornada con dibujos sencillos…” (1)

Podemos notar que se trataba de sencillas construcciones que permitían acceder a una variada revista cultural, y al mismo tiempo iniciaba la transferencia de las actividades sociales de las nuevas clases.

“Allí funcionó una troupeé japonesa de acróbatas e ilusionistas, llamada Matsumoto, que causó sensación” (2)

“…Gracias a este pequeño y eficiente teatro, Nicaragua figuraba en el itinerario de muchas compañías de opera, de drama y de comedia, zarzuelas, etc.” (3)

De hecho, a pesar de tener un palpable atraso con respecto a países vecinos, la ciudad iniciaba una vida cultural que se fue enriqueciendo en adelante.

En el transcurso de los años, las clases sociales van requiriendo de nuevas edificaciones para completar las oficiales, desarrolladas por el gobierno. Este tipo de construcciones dirigidas a la actividad de recreación de la población, complementaban la estilística oficial.

“En el primer Cine Margot, (construido bajo gestión de Sebastián Alegrett, venezolano), bautizado así en honor de una de sus hijas, lo abrió hacia el oriente de los mercados centrales, casa esquinera. Más tarde, en 1924, lo trasladó a construcción nueva adecuada que es la misma que, con sucesivas reformas en su estructura, ha sobrevivido a los terremotos (1931-1972)”. (4)

Notamos que, para el caso, les corresponde a personajes que, si bien es cierto, no son nacionales, forman parte de los cambios que se van gestando en la localidad.

Todas estas edificaciones eran justificadas exponentes en una pequeña localidad que trataba de despegar; y lo haría lentamente en un medio nacional donde los papeles históricos y políticos se habían desarrollado en las dos ciudades coloniales más importantes: León y Granada. De hecho, aquí el fenómeno de la modernidad llegará tardíamente a estas localidades: (León y Granada), debido al empeño de las mismas por conservar su primacía colonial. Estas condiciones coloniales, de infraestructuras coloniales que romper, están ausentes para la época en la capital.

“En el año 1920, Managua estaba lejos de merecer en plenitud el título de Metrópoli de la Nación. Cierto que desde 1852 era asiento de los tres poderes del estado y sede arzobispal desde hacia seis años. Pero en lo comercial y lo social haría un nivel más o menos equivalente al de las dos ciudades próceres de nuestra historia nacional: “León y Granada”. (5)

Dicho desequilibrio con respecto al papel de verdadera capital va a cambiar drásticamente en las décadas siguientes, con el aumento de la población y el fenómeno de la migración. Hay que considerar que cuando se hace mención de la poca importancia metropolitana de la ciudad, tiene condiciones históricas.

 

Después de la llamada “Guerra Nacional”, el poblado de Managua, pasa a una categoría de capital sin pasar por las etapas sucesivas de las otras ciudades coloniales que guardaban en sus respectivos centros las huellas de una colonia que conservaba en sí misma la traducción de su historia.

Sin embargo, pese a considerarse de poca importancia, las construcciones semicoloniales que componían la ciudad a inicio de siglo, fueron cambiando rápidamente de fisonomía. se trataba de un centro próximo al lago; una plaza de armas, avenidas principales y la consiguiente zona comercial en rápido crecimiento.

La línea de este proceso constructivo, alrededor del “centro” de la ciudad lo constituían las obras municipales.

Al respecto, Edgar Barrera, arquitecto perteneciente a los primeros graduados de los años sesenta, dice:

“A partir del siglo XX se hace evidente en las construcciones municipales, por una parte, la aceptación incondicional de los cánones neoclásicos, no reflejo de la cultura europea contemporánea, empeñada en la recuperación de los valores más genuinos de la antigüedad clásica, y un fenómeno local, como es la aspiración de la nueva organización política al decoro y grandeza, que necesita de ejemplo de una ilustre tradición antigua para el establecimiento de sus edificios administrativos.” (6)

En esta línea constructiva que siguió luego el proceso de “modernización del estado”, impulsado por los liberales y tras estos cambios una disposición de las principales familias por ocupar los mejores solares del antiguo centro.

“Las casas de habitación de las familias principales, managüenses autóctonas, se levantaban en formación apretada de la avenida y Parques Centrales hasta San Sebastián, sobre la Calle del Triunfo.” (7)

Estas avenidas (posteriormente calle Roosevelt, en la década del ’60) se ven ocupadas por la población nativa, familias que, a su vez, van distinguiéndose por un tipo de edificación: civil, comercial, y recreativa, que se diferencia de la oficial. La mayoría de los ejemplos eran obras puntuales que en sí mismas mostraban su estilo. Refiriéndonos a estos ejemplos, resultan emblemáticos: la Casa Residencial, llamada en la época Casa No. 1; al respecto, Borgen en su obra “Una Vida al Lado de la Historia”, dice:

“Emiliano Chamorro vivía en la que llamaban Casa No. 1, construida y estrenada por Zelaya… El edificio era de dos pisos, un palacete con balcones, ante-patio y verja a la calle. Estaba ubicada en la Avenida Central, justamente donde hoy se alza el rascacielos del Banco de América.” (8)

Esta tipificación de construcciones aisladas va a particularizar este periodo. Son edificaciones que respondiendo a una demanda de la población en cuanto a servicios, al mismo tiempo, va modelando la fachada de una ciudad que busca identificaciones que desde construcciones que semejen el neo-clasismo, van saturando la nueva ciudad.

Estas edificaciones son variadas en su funcionamiento y destinatarios:

“La evolución de la ciudad que se da básicamente en los barrios antiguos, se manifiesta en la construcción de edificios que tiende a satisfacer la demanda de servicios de una ciudad en crecimiento y transformación, tales edificios fueron: el Matadero Público en 1904 (al occidente de la ciudad donde luego estaría “El Hormiguero”) el Mercado Nuevo en 1908 (en terrenos de San Miguel) que desaparece en 1931 y el Teatro Variedades en 1914; esto para mencionar los más importantes, que van conformando el “Barrio de Managua” o centro vital de la ciudad, que adquiere supremación sobre los otros barrios existentes.” (9)

Todos estos ejemplos conforman una línea de construcción que se refleja, a su vez, en la disposición urbana. La principal arteria la conforman una avenida central norte-sur, cuyos remates lo conforman el Complejo Militar Campo de Marte, y que atravesando una variada zona comercial: mercados, residencias, edificios públicos, remata en la Plaza Principal, más tarde, Plaza de la República. Al mismo tiempo que consolidan estas vías principales, se presenta un intento por crear pequeñas zonas que tienen el objetivo de descentralizar la ciudad; en 1921 se constituye el Cementerio Nuevo, al occidente de la ciudad, el cual crea mejores condiciones para los barrios nuevos del sector, pavimentación de calles (la primera calle pavimentada fue la Avenida Campo Marte, más tarde Avenida Roosevelt, en 1925) y las respectivas instalaciones y servicios a la población.

Durante la década de los ’20, se fundan nuevos barrios que presentan áreas con servicios primarios mínimos. de hecho, estos barrios intentan delimitar la forma constructiva que la ciudad viene conformando. Estos barrios fueron el San Jacinto, el Barrio Buenos Aires, Campo-Bruce que forman un anillo con respecto al centro de la ciudad.

Con este precedente, en Managua no se presenta una repetición inmediata de los modelos europeos. En la primera década del siglo XX, Adolfo Loos, presenta la Casa Steiner; la obra sin remanentes ornamentales que materializa, más que un nuevo pensamiento, la utilización de nuevos sistemas constructivos. Hay que comprender que dichos ejemplos se basaban en una justificación de la producción de los materiales, a través de un proceso industrial, pero al trasladarlo a Managua, dichas justificaciones quedan sin fundamento.

De esto podemos deducir que la modernidad en Nicaragua, se refleja más en los cambios de la estructura política que en la propia dinámica de los cambios culturales. En estas condiciones, de repetición de modelos ajenos al contexto y la búsqueda de un lenguaje, se construyen edificaciones que presentan tales tendencias.

“Bajo estas influencias del Neoclásico se construyó el Palacio del Ayuntamiento de Managua en 1927. Por otra parte, se inicia un eclecticismo arquitectónico en las construcciones Municipales, como el Palacio Departamental de León (1934), Mercado Central de Managua (1939) y el Palacio Departamental de Chinandega (1942). Estas dos últimas obras, en estilo Neocolonial.” (10)

Estas tipificaciones se van diseminando en la ciudad, a través de tipologías oficiales de una dirección cultural no oficializada. El Palacio del Ayuntamiento, tal como lo comenta el párrafo citado, viene a ser el emblema a seguir. El Palacio del Ayuntamiento refleja un frontón de templo griego que tiene como contexto un pequeño parque que lo destaca y ubica como construcciones civiles y más tarde religiosas; la Catedral de Managua se concluye en 1934. La particularidad de estos modelos es que la modernidad la reflejan solamente en sus efigies, siendo los materiales (nuevos en cuanto a su uso), los que van a reflejar esa modernidad. Ante estas necesidades, las formas arquitectónicas aquí presentadas, van respondiendo a este contexto de desarrollo comercial y de servicio a la población. Posiblemente esta arquitectura es la primera que toma elementos y materiales decididamente modernos.

Uno de estos ejemplos, lo constituye para la época, las instalaciones del nuevo Mercado Central de nicaragua.

“El nuevo Mercado Central de Managua, edificado en el proceso de reconstrucción de la capital, después de la tragedia del terremoto de 1931, es la primera obra municipal construida bajo la racionalidad propia de los nuevos materiales, constituyendo con ello el carácter utilitario de su función.” (11)

Este edificio construido por arquitectos extranjeros (Dambach y Gautier, 1934) viene a ensayar la utilización de los nuevos materiales.

Esta variabilidad de utilizar los materiales en la construcción, va a repetirse en diferentes modelos. Esta variabilidad consistirá en presentación de formas neoclásicas, eclécticas o una modernidad con retraso en nuestro contexto, y la introducción paulatina de los nuevos materiales y la práctica integral de nuevos sistemas constructivos. Un buen ejemplo lo constituye la Casa Presidencial que comienza a construirse en 1929 en la loma de Tiscapa, (punto de referencia en la configuración de la ciudad), y que se inaugura el 4 de enero de 1939; meses antes del movimiento telúrico del mismo año. Dicha fachada la componían en su totalidad ejemplo que manifiestan claramente un lenguaje ecléctico en la construcción: traduce un vocabulario morisco, producto de las variadas influencias de los arquitectos extranjeros. Pero uno de los ejemplos más idóneos de esta etapa de divulgación de lo moderno lo constituye la antigua Catedral de Managua. Iniciada en 1929, la estructura se edifica con armazón de hierro traído de Bélgica. Se puede caracterizar como una obra ecléctica. fachada neoclásica, planta de Cruz Latina. De hecho, todos los materiales son modernos en su concepción y utilización, pero con una combinación de estilos declarada.

En 1939, Managua es destruida por un terremoto, y con ella desaparecerían las primeras obras que mostraban un intento por adecuar una modernidad en la ciudad. Con el fenómeno telúrico también desaparecen los sistemas constructivos coloniales, de hecho, estos no vuelven a ser utilizados y son reemplazados por sistemas constructivos de elementos mampuestos.

Sin embargo, el crecimiento de la ciudad no se detiene, y posterior al terremoto se van definiendo nuevos barrios en la periferia sur de la ciudad. En 1934 se urbanizan los terrenos de la finca “Vinicultura” de los sucesores de Don Félix Largaespada; la urbanización toma dicho nombre. Durante estos años, surgen nuevos barrios en la periferia sur de la ciudad: La Luz, Riguero, Los Ángeles, Huezo y Chico Pelón.

El antiguo centro y las principales avenidas y calles van surgiendo en este proceso de reconstrucción. Ya para los años ’40, se crean barrios enteros en la Avenida del campo Marte y el Cementerio San Pedro, clausurado posteriormente. Dichas construcciones se caracterizaron por casa suntuosas y palacetes que definen una de las zonas más importantes de la ciudad.

Esta década se caracteriza por la construcción de los primeros 2edificios modernos” un concepto más cercano a dicho término. Al respecto, Julio Cardenal, uno de los primeros arquitectos nacionales con formación extranjera, sostiene que en la Facultad de Arquitectura donde se formó, (Universidad Católica de Washington), existen dos líneas dominantes: la de Bellas Artes, es decir, la línea académica, que es la que con mayor criterio imprime a sus obras, y la moderna, entendiéndose este término como el “funcionalismo puro”.

Estas tendencias de su formación van a influir directamente en sus obras. El Art Decó, es producto de los movimientos dominantes de la Europa de los años 20’s, y se sintetiza en la Exposición de París de 1925.

“El estilo Art Decó se hizo muy popular en la Exposición de París de 1925, donde se utilizó en todos los pabellones, excepto en un purista “Pavillon de L’Espirit Noveau” de Le Corbusier”. (12)

“Se utilizó en hoteles, cines y edificios comerciales para expresar un cierto modernismo opulento” (13).

De hecho, tal movimiento lleva una asociación de líneas exóticas y altamente decorativas, el cual estaba en contra del fundamentalismo y el riguroso talento moral de la Nueva Arquitectura. Es esta la línea constructiva que se manifiesta en la construcción del antiguo Palacio de Comunicaciones; el edificio fue construido en un periodo de cinco años, a partir de 1941 y concluido en 1946. La parte externa del cuarto piso fue adicionada en 1972.

La tipología de la obra está clasificada en la de los edificios públicos, los cuales están destinados para la estadía temporal de las personas en relación a los diferentes procesos funcionales a realizarse en los mismos.

El mismo arquitecto Cardenal, con respecto a la composición, comenta: “Me propuse buscar un volumen agradable que, compuesto de elementos verticales, se contrarresta con un elemento horizontal de ventanas en el último piso. Y agrega: función, masa y volumen fueron mis determinantes alrededor de una composición de unidad cerrada basada en el ritmo”.

La importancia de la obra radica en la combinación de nuevos materiales (cemento, cristalería) que presentará un nuevo vocabulario figurativo. El componente funcional de la obra tiene una distribución adecuada especialmente, (de acuerdo al tiempo en que fue concebida la obra), desde luego que, en la época en que fue edificada, esta obra fue catalogada de abstracta, anti-ornamental, anti-simbólica y separadora de funciones, puesto que el estilo Art-Decó era un estilo que desafiaba el puritanismo del movimiento moderno.

La distribución espacial respondía a las necesidades de ampliación que necesitó en años posteriores a su diseño, pero lamentablemente las remodelaciones que en él encontramos, no corresponden al estilo del diseño original, lo cual desarmoniza el conjunto, consistiendo en un cubo gigante que en su interior se compone de pequeñas celdías que presentan problemas de ventilación e iluminación natural, dejando de esta manera a un lado los objetivos que se propuso el autor en su obra.

Posee una construcción de concreto armado y mampostería confinada, la cual era una novedad en la construcción de edificios de la época, significando un paso importante en el desarrollo ulterior de la construcción en Nicaragua, debido a que la mayoría de los materiales utilizados en su construcción eran importados. Asimismo, la maquinaria utilizada significó también un avance tecnológico y un incipiente desarrollo de la mano de obra.

Podemos apreciar que el Art-Decó, presente en el palacio de Comunicaciones “Jorge Navarro”, viene a conformar un estilo que influyó en el proceso arquitectónico de Managua y en el resto del país. El Art-Decó está presente en obras como el Teatro Margot, Teatro González y Teatro Alcázar; y cuyo significado es el de una primera experiencia constructiva moderna.

Lo que hasta aquí hemos comentado, enfatiza el Art-Decó como la estilización, aunque no oficial, pero si con una representatividad del gran edificio.

Posterior al sismo del 31, el crecimiento de la ciudad se conjuga con la nueva definición de su antiguo centro, y al mismo tiempo, con la fundación y definición de nuevos barrios.

En estos nuevos barrios, las estilizaciones y sistemas construidos, se combinan para dar lugar a fachadas que reproducen los estilos oficiales. De hecho, en nuestro contexto, el Art-Decó puro no se dio, si partimos del hecho que estas mismas configuraciones tenían, a su vez, como fuente, un modelo basado en el europeo (Estados Unidos, México, etc.) pero en nuestro contexto si eran modelos de referencia de las construcciones para urbanizaciones populares. Esta experiencia constructiva en la fachada de la vivienda popular, había tomado, hasta esa época, la simpleza del enfoque colonial, y que en si misma constituían un solo cuerpo con el sistema constructivo colonial (adoble, taquezal).

Al construirse estos modelos semi-oficiales, las fachadas de las viviendas van cambiando su fisonomía, a través de la utilización de materiales complementarios a los acabados. De ahí que en ciudades asociadas a un desarrollo económico más o menos estable (Jinotepe, Diriamba, Boaco, Matagalpa, etc.) tome forma un Decó “popular que se mezcla con la columna adosada, con un capitel traducido. El Art-Decó se presenta así como una fase transitoria figurativa, que encuentra también en las fachadas de las viviendas coloniales una forma de manifestar esa “modernidad” iniciada en 1893 por la Revolución Liberal.

Notamos entonces que las fases ya decidas y más tangibles de un racionalismo en nuestro proceso arquitectónico, está íntimamente ligado a los gestores de ese cambio y para su divulgación fue necesaria esta etapa transitoria de la que hemos hablado.

El auge constructivo de las ciudades nicaragüenses, coincide con las nuevas condiciones económicas que colocan al país en su escalafón más beligerante, con respecto a los mercados extranjeros.

En los años ’50, se inicia un resurgimiento de la Ciudad de Managua, debido al auge económico del país, y es en estas condiciones cuando se funda la Oficina de Urbanismo (1954), con un racionalismo pronto a manifestarse.

Managua, octubre 1992.

NOTAS:

  1. Borges, José Fco. “Una Vida a la Orilla de la Historia. Editorial…Pág. 14
  2. Idem.
  3. Idem.
  4. Ibid… Pág. 16
  5. Ibid…  Pág. 51
  6. Herrera, edgar, “Construcciones Municipales de Nicaragua en los periodos Neoclásicos y Modernos”. Monografía, Pág. 27
  7. Borges, José Fco. ob cit… Pág. 53
  8. Idem.
  9. Ortega, Giselle. “Managua 1931-1972” Cap. La Ciudad… 1900-31
  10. Herrera, edgar. ob cit. Pág. 27
  11. Ibid. Pág. 34
  12. Risebero, Luis. “Historia Gráfica de la arquitectura occidental” Ed… Pág..
  13. Riserbo, Luis. Ob cit. Pág…

BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA

  • Álvarez Pubiano (Pablo), “Pedrarias Dávila” Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 19944.
  • Belt (Thomas), “The Naturalist in Nicaragua” London, Viejo León, 1969.
  • Buitrago Matus (Nicolás), “León, la sombra de Pedrarias”, Managua, recopilados en los archivos de España por el embajador Don Andrés Vega Bolaños. 17 tomos, Madrid, 1954-1957.
  • Coronel Urtecho (José) “Reflexiones sobre la Historia de Nicaragua”, tres tomos, León, 1962, 1962, 1967.
  • Cuadra (Pablo Antonio), “El Nicaragüense”, Managua.
  • Dockstader (Frederick J.) “arte Indígena de Mesoamérica” Press Service, New Cork, 1967.
  • Fernández de Oviedo (Gonzalo), “Historia General y Natural de las Indias”, 1era edición, 1526. Biblioteca de Autores Españoles. Tomos 116-121, Madrid, 1959.
  • Terán (francisco) e INCER (Jaime), “Geografía de Nicaragua”, Banco Central, Managua, 1964.

Publicado originalmente en el sitio web del Maestro Arq. Rafael López Rangel:

https://es.scribd.com/document/244444993/Primera-modernidad-en-Nicaragua-doc

Apuntes biográficos del autor Arq. Nelson Brown Barquero por el Msc. Arq. Javier Parés en el primer número de la Revista Científica de la Facultad de Arquitectura de la UNI Arquitectura + en el 2016:

https://revistasnicaragua.cnu.edu.ni/index.php/arquitectura/article/view/5980


 

 

 

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